Nuestra raza: La Parda de Montaña

Historia de la raza Parda de Montaña
El comienzo de la raza Parda de Montaña se remonta a la primera mitad del siglo XIX, cuando en el norte de España los ganaderos empezaron a cruzar las razas autóctonas, sobre todo Mantequera Leonesa, con una raza suiza la Parda Alpina.
Existen dos tipos de Parda Alpina, aquí en León se introdujo la Parda Alpina original, una raza de las que se denominan rústicas, que destacó por cinco aspectos:
- Adaptación al entorno montañoso.
- Productividad de comestibles ( leche y carne).
- Uso como animal de trabajo.
- Fácil manejo.
- Longevidad.
Esta importación de ejemplares, se siguió haciendo a lo largo del siglo XX, y tuvo su mayor impacto en la segunda mitad de los años 50, especialmente en la comarcas leonesas de Laciana y Riaño. En esa década las explotaciones familiares vieron como su producción láctea subía y la de carne no se reducía.
El mercado ganadero siempre ha sido muy activo, y ha buscado, a través del cruce con nuevas razas, la mejora genética para:
- Facilitar el parto.
- Conformar la carnicera adecuada: longitud, anchura y formas.
- Adaptación al medio.
- Ser más longevos.
- Aumentar la calidad del producto cárnico.
Con el paso de los años se estableció un árbol genealógico propio en el norte de la península Ibérica, que dio lugar al nacimiento de una raza independiente la Parda de Montaña.
Características de la raza Parda de Montaña
Las peculiaridades de la raza Parda de Montaña, están protegidas por el Real Decreto de 2129/2008 publicado en el Boletín Oficial de Estado, el cual otorga a la Federación Española de Asociaciones de Criadores de Ganado Vacuno Selecto, la labor de gestionar el libro genealógico de la raza.
Las ganaderías que quieran obtener Certificados Genealógicos Oficiales, deben de estar inscritas en el Registro General de Explotaciones Ganaderas, y sus animales no deben mostrar defectos morfológicos, que sean sintomáticos de poca calidad racial.
La morfología de la Parda de Montaña
Como su propio nombre indica, el aspecto más llamativo de su morfología es el pelaje de color marrón pardo claro, pero también hay otros rasgos para que un ejemplar cumpla los estándares de la raza:
Cabeza y cuello:
- De tamaño medio, proporcionada, expresiva y con perfil frontonasal recto. Orejas horizontales, grandes y con abundante pilosidad blanca en su cara interior. Mandíbula potente, morro ancho con amplios ollares.
- Cuernos de sección circular, blancos con el extremo negro y con nacimiento en prolongación con la línea de la nuca. Se presentan en forma de lira baja o en gancho, aunque está muy extendida la práctica del descornado. En los machos suelen ser rectos y hacia fuera.
- Cuello fuerte de mediana longitud y musculado, más compacto en los machos; buena inserción en espalda y cruz, sin angulosidades aparentes.
- Ojos grandes y de mirada apacible.
Pecho, espalda y tórax:
- Pecho amplio, mucho más potente en los machos y con poca papada.
- Espalda larga, ancha, musculada, oblicua y con buena inserción al costillar.
- Tórax amplio y profundo, con costillares bien arqueados.
Cruz, dorso y lomo:
- Cruz de longitud y anchura media, poco destacada y redondeada, más marcada en los machos.
- Dorso recto, largo, ancho.
- Lomo largo, ancho y plano, en línea con la grupa.
- Vientre voluminoso en las hembras, siendo en los machos más recogido.
Grupa, nalgas, muslos y nacimiento de la cola:
- Grupa de gran desarrollo, ancha, ligeramente inclinada o inclinada.
- Muslos desarrollados y musculosos, más voluminosos y convexos en los toros.
- Nalgas musculosas, llenas y descendidas, tendiendo a la convexidad.
- Nacimiento de la cola en línea con la grupa, corto y fino.
Extremidades y aplomos:
De longitud media, fuertes y con buenos aplomos, aptos para desenvolverse en terrenos abruptos. Cañas medias, con tendencia a finas, y pezuñas duras, simétricas y proporcionadas.
Capa, piel y pelo:
- La capa es de color pardo uniforme, presentando degradaciones en zona inguinal y cara interna de extremidades y orla blanca en torno al morro.
- Ambos sexos pueden presentar degradación a lo largo de la línea dorso-lumbar, más acentuada en los machos.
- El color pardo oscila desde el claro al oscuro discreto, aunque con preferencias hacia capas claras.
- Los machos suelen ser más oscuros.
- Pezuñas y mucosas negras, aunque presenta testículos, ubre y borde externo de la zona vulva-anal despigmentados.
- Piel robusta y elástica.
- Pelo fino y denso.
- Pueden presentarse animales con el pelo algo rizado.
- Al nacimiento presentan coloración blanquecina o rubia clara.
Características de explotación
El sistema en el que se atienden a los animales es el llamado valle – puerto, que está muy enraizado en las zonas montañosas. En ellas aprovechan los pastos alpinos de los puertos durante la época estival, y durante el resto del año están en el valle, pudiendo permanecer periodos en el establo durante el invierno.
Pero la existencia y cuidado de la Raza Parda de Montaña solo es posible gracias a organizaciones que se dedican con empeño a protegerla y preservarla en el tiempo.
Tal es el caso de la Asociación de Criadores de Raza Bovina Parda de Montaña (ARAPARDA), que lucha por mantener y mejorar las razas puras autóctonas de la región, sacando el mayor partido posible a los recursos y poniendo en valor las bondades del buey auténtico.
Asimismo, la Federación Española de Raza Parda de Montaña comparte el mismo propósito.
Entre las capacidades de la Raza Parda de Montaña, destacan:
- Elevada facilidad de parto.
- Excelente capacidad maternal.
- Sobresaliente docilidad.
Por qué elegimos una raza bovina autóctona
En Valles del Esla criamos vacas y bueyes pastuencos, de raza Parda de Montaña, porque conocemos de primera mano, el trabajo que le llevan dedicando a estos animales, los ganaderos leoneses de montaña durante décadas.
Para que esta tradición ganadera no muera apostamos por:
- Frenar el despoblamiento rural.
- Mejorar la gestión de los recursos naturales.
- Invertir en: investigación, desarrollo e innovación (I+D+I).
Además los productos de cercanía tienen una mejor trazabilidad, llegan más frescos a los mercados y ofrecen una mayor garantía de lo que comemos, como argumenta el chef Juanjo López en su artículo “Autenticidad Vs Moda”.
En Valles del Esla nos esforzamos por preservar la autenticidad y la calidad de la carne de Raza Parda de Montaña, cuidamos cada detalle, persona y animal, que forma parte de nuestra empresa.
Valles del Esla | mayo 26, 2020
2 comentarios
Este hermoso animal no debe de extinguirse nunca
Gracias Beatriz,
Ese es uno de nuestros objetivos, preservar la raza y su presencia en nuestras tierras.