6 consejos para practicar mindfulness en la montaña

6 tips para practicar mindfulnes mountain: atención plena entre montañas
Para la práctica de Mindfulness, los entornos montañosos son ideales, se denomina Mindful Mountain. Nosotros tenemos el privilegio de vivir en un entorno natural que es perfecto para su ejercicio. Una caminata que nos encanta es la del Roblón de la Plata, atraviesa un bosque de robles con más de 700 años de antigüedad y discurre a la vera del arroyo de Sabero, afluente del Esla.
1. La voluntad
El Mindfulness es una práctica de atención consciente que exige autodisciplina. Para conseguirla son necesarios dos ingredientes: la motivación y la intencionalidad, ellas nos ayudan a lograr que nuestra fuerza de voluntad tome las riendas de nuestra mente.
Llegar a niveles de atención profundos pide un esfuerzo para librarnos de nuestras rutinas y frenar el vaivén de pensamientos de nuestro interior.
2. Los preparativos
El Mindful Mountain se realiza a la intemperie por lo que la climatología es determinante. En las zonas montañosas, los fenómenos atmosféricos suelen ser cambiantes por lo que hay que estar preparados, la elección de ropa y calzado cómodos son imprescindibles y, en función de otros factores, el chubasquero o una manta.
Este método es abierto y personal, fomenta las aficiones de cada uno, por eso si te gusta escribir o dibujar, llévate cuaderno y lápiz. Si tocas algún instrumento musical, no dudes en llevarlo; se acoplará, en perfecta armonía, a la mejor banda sonora.
3. El lugar
Para llevar a cabo una meditación es necesario elegir un espacio tranquilo, sin sonidos estruendosos que nos alteren. El lugar ideal es al aire libre, donde poder recibir estímulos naturales como el sonido del viento entre los árboles o el salto de agua en un río, que nos permitan bajar la velocidad y nos desconecten de la cotidianidad.
El plan no es llegar a un sitio y meditar. El propio camino es la meta en sí, el senderismo con la atención plena requiere ser consciente de cada paso y gozar cada instante.
4. La experiencia
El momento en el que empleamos más plenitud en nuestros actos es cuando somos niños. A lo largo de nuestra vida, cada primera vez forma un recuerdo único para nuestro cerebro. Por eso, para lograr la abstracción mental es importante eliminar condicionantes de creencias aprendidas y marcar cada experiencia como si fuese la primera.
Para ello, tenemos que disfrutar del tiempo sin prisa: observar el hábitat que nos rodea, percibir las texturas de la tierra, poner atención en los sonidos de la naturaleza y captar los aromas a flores y la hierba; son sensaciones que nos conducen a valorar más nuestro entorno y a nosotros mismos.
5. La respiración
Respirar es nuestra acción más vital, marca nuestro ritmo y la mayoría de las veces nuestro cerebro la realiza inconscientemente. Todas las prácticas de meditación hacen hincapié en una respiración consciente en cada una de sus dos fases.
● En la inhalación, el aire debe recorrer los pulmones hasta llegar a su parte más baja. Para ello, debemos hacer que el diafragma descienda y nuestra barriga se hinche.
● En la exhalación, el aire se mantiene unos segundos y seguidamente realiza el proceso inverso, asciende el diafragma, la barriga se deshincha y el aire es expulsado.
Es una técnica más mental que física, debemos centrarnos en el recorrido del propio aire y cómo se relaciona con nuestro organismo.
6. La postura
Para meditar no existe una postura que sea mejor que otra, lo importante es que el cuerpo esté relajado y no haya músculos tensos. Vamos a presentar varias opciones para que puedas elegir con la que te encuentres más cómodo:
● Caminando: espalda recta, hombros sueltos, cabeza alta y pasos firmes.
● Sentado: hay muchas opciones. Dependiendo de nuestra experiencia previa hay posturas que exigen más o menos flexibilidad, lo importante es encontrar una posición natural, sin encorvarse.
● Tumbado: espalda alineada con el suelo, palmas de la mano hacia arriba y evitar relacionar la posición con dormir, todo lo contrario, plena consciencia.
7 beneficios de practicar mindfulness en la montaña
- Autocontrol del estrés y la ansiedad.
- Enriquece las relaciones personales.
- Mejora nuestra capacidad de percibir.
- Corrige malas posturas en la espalda.
- Incrementa nuestro nivel de concentración.
- Mejora el descanso y remedia problemas de insomnio.
- Desarrolla la creatividad.
Después de leer este artículo, ya no tenemos excusa para no disfrutar de un buen paseo mindfulness por la montaña. Aquí, en León, tenemos casi infinitos rincones para relajarnos y sentir la magia de la naturaleza.
El célebre Albert Einstein nos dejó una cita para la reflexión: “Mira profundamente en la naturaleza y entonces comprenderás todo mejor”.
¿Nos dejas una frase o experiencia que te inspire?
Valles del Esla | febrero 21, 2020