¿Cómo se come la cecina?

Hoy hablaremos de cómo se come la cecina, uno de los productos estrella de nuestro porfolio. Pero, antes de nada, tenemos que conocer muy bien qué es la cecina. Este producto cárnico puede ser lo más parecido que exista, dentro del sector de la alimentación, al jamón serrano ibérico.
¿Qué es la cecina?
Un producto premium, muy exclusivo, que procede de los cuartos traseros de cualquier ganado; ovino, caprino, equino, vacuno, etc.., concretamente de las piernas traseras, comúnmente conocidas por los profesionales del sector como “bolas”.
Las piernas, o bolas, se componen de un despiece de categoría extra, o llamado también de 1ª y 2ª categoría, que son aquellas pizas de donde salen los filetes para hacer a la plancha o para empanar (caderas, contras, babillas y tapas), así como los morcillos y osobucos para guisar. Pero podemos dar a estas piezas (principalmente a las babillas, contras y tapas que son las piezas usadas para tal fin) otro uso culinario si lo sometemos a un proceso natural de curación, similar al del jamón ibérico, en el que, a través de un proceso de salado de la pieza y un posterior lavado con un tiempo de curación en secaderos naturales de entre 7 meses si hablamos de cecina extra y más de 12 meses si hablamos de cecina Gran Reserva, obtenemos un producto sin igual, con una gran riqueza de propiedades organolépticas.
Propiedades de la cecina
La cecina es baja en calorías, muy indicada para deportistas y adolescentes por la gran cantidad de proteínas que aporta al organismo, siendo baja en grasas. Precisamente, el grano especial de la grasa la hace particularmente jugosa, destacando un suave sabor y una textura consistente. Además, es muy rica en vitaminas solubles en agua; B12, niacina y ácido fólico. Si quieres saber más sobre en nuestro blog dedicamos un artículo a las propiedades nutricionales de la cecina hablar de ellas.
En nuestro caso, este producto lleva un plus añadido que lo convierte en un producto sin igual, y sin competencia en el mercado, puesto que la cecina Valles del Esla es de buey, no es de vaca, y proviene únicamente de animales machos castrados con mas de 48 meses de edad en el momento del sacrificio.
Cecina de Buey IGP Cecina de León
Además, como medida de garantía, nuestras cecinas están certificadas por la IGP Cecina de León (Indicación Geográfica Protegida), que controla, a través de su pliego de condiciones, que la cecina cumpla con los máximos estándares de calidad en lo que a producto y procesos de curación se refieren, confiriendo a Valles del Esla el carácter de único productor de cecina de buey bajo dicho pliego de condiciones en España.
Recetas con cecina
Si te preguntas cómo se come la cecina que sepas que la cecina tiene una serie de ventajas sobre su primo cercano, el jamón ibérico, y es que no solo admite comerla cortada en finas lonchas sin más. Se puede tomar untada con un poco de aceite de oliva virgen extra, y espolvoreando por encima unos granos de pimienta molida, o combinada con otros alimentos para crear excepcionales cremas y masas que pueden acompañar variedad de platos y recetas:
- Cachopo de cecina y cabrales.
- Ensalada de cecina con mango.
- Empanada de cecina y queso de cabra.
- Croquetas de cecina.
- Como relleno de verdura o tortillas.
- Entre huevos revueltos.
- etc..
Historia de la cecina
Por lo tanto, como hemos visto, la forma de elaborar la cecina siempre es la misma, pero no la forma de degustarla, que admite variantes. No olvidemos que el origen de la cecina se remonta a hacia el año 50 d.c., donde ya existían manuscritos muy antiguos que recogían con detalle el proceso de curación y secado de estas piezas de los animales. El proceso de curado especial consta de seis fases:
- Despiece.
- Salazón.
- Lavado.
- Sedimentación.
- Ahumado.
- Secado, este punto al igual que los grandes vinos, la paciencia ayuda a resaltar la calidad de la materia prima..
Al ser tan antiguos en el tiempo, su consumo histórico se ha realizado de muchas maneras y a través de varias recetas, pero el proceso de curación se ha mantenido prácticamente invariable en el tiempo. Por dicha antigüedad, desconocemos el origen de la receta original de elaboración, pero claramente surgió por las necesidades de los pueblos asentados en los distintos territorios a la hora de conservar los alimentos para un consumo posterior del mismo, sin que se pudriese, y como una mera manera de conservación.
Cómo conservar cecina
Una cecina correctamente conservada en sitios frescos y secos, pero con un poco de humedad, garantizan un producto de calidad muy longeva y con vidas útiles mucho mayores que los productos cárnicos frescos. Si no se dispone de un lugar con estas características, alojada en la parte menos fría de la nevera también garantiza una correcta conservación del producto. En estos casos, no olvidemos sacarla de la nevera unos minutos antes de cortar o servir, para atemperarla y poder gozar de todos sus matices de sabores y olores.
Cecina y vino
Además de las múltiples recetas que en las que la podemos degustar, no olvidemos que un buen vino puede ensalzar el sabor y los aromas de nuestra cecina hasta límites insospechados. Si elegimos el vino adecuado, el complemento de matices que aportará a nuestra cecina harán de la experiencia una degustación perfecta. Para ello, se recomienda acompañarla de vinos tintos o rosados, y si pueden ser de la Denomicación de Origen de León mejor que mejor, ya que parece que están elaborados expresamente para acompañar a nuestra cecina, con sus notas florales y frutales, tan demandadas por los consumidores.
La suculencia extra derivada de su marmoleado ayuda a proporcionar un equilibrio entre las notas ahumadas del roble y el intenso aroma y sabor de la fina carne, perfectamente complementados con los diferentes matices que aporta el vino. Tened en cuenta que no solo el tinto, el rosado o el famoso clarete encajan bien con la cecina, también los vinos blancos encajan bien con este producto cárnico, ya que la frescura de estos caldos ayuda al tránsito degustativo de este producto con un punto grasiento. Siempre se recomiendan vinos ligeros.
En conclusión, podemos asegurar por sus propiedades organolépticas que la cecina es tan buen producto, o mejor, que el jamón ibérico ya sea en sus diferentes presentaciones (pieza entera, taco al vacío o sobre). A pesar de que la mayoría de la cecina española proviene de carne de vaca, la cecina Valles del Esla es única porque se elabora exclusivamente a partir de ganado vacuno macho, castrado, que se deja pastar libremente hasta que tienen más de cinco años.
La castración y el pastoreo prolongado aseguran el desarrollo de finas capas de grasa intramuscular (por transformación morfológica) que dan como resultado la perfecta textura y veta marmórea de la carne de Valles del Esla
Ahora que ya sabes cómo se come la cecina, desde aquí, os recomendamos pasar manos a la acción y te invitamos a probar nuestra cecina de buey que podéis encontrarla en dos formatos:
Valles del Esla | agosto 10, 2023